El Mundial Femenino ha abierto nuevas fronteras. La gran asistencia de público, las increíbles audiencias en televisión, el talento desplegado por jugadoras como Lotta Schelin y Sonia Bompastor y la victoria final de Japón han hecho un éxito del torneo de Alemania.
Alemania no pudo lograr su tercer título de la Copa Mundial Femenina de la FIFA, y fue Japón quien levantó el trofeo en Frankfurt este domingo, después de un torneo que ha sido un gran éxito tanto para los organizadores como para el fútbol femenino.
Desde el partido inaugural entre Alemania y Canadá, que batió un récord de asistencia en el fútbol europeo con 73.680 espectadores en el Olympiastadion de Berlín, más de 800.000 personas han asistido a los 32 encuentros. Los partido han sido también un éxito de audiencia en televisión en varios países, y entre ellos Alemania, donde se alcanzaron picos de 17 millones de espectadores durante la derrota en cuartos de final ante Japón, mientras que la audiencia media en todos los encuentros se aproximó a los siete millones. Incluso la astronauta de la NASA Sandy Magnus, a bordo del último transbordador espacial, ha solicitado información sobre los resultados, y admitió estar muy sorprendida por la eliminación de Alemania.
En el terreno de juego, Japón logró su primer gran título femenino, ya que nunca antes ha sido campeón de Asia, con un estilo de juego de toque que ha sido comparado con el del FC Barcelona. La máxima goleadora Homare Sawa, en el que fue su quinto Mundial, fue el motor del equipo. Las japonesas ya habían sido semifinalistas en los Juegos Olímpicos de 2008, pero sus actuaciones ante Alemania, Suecia y Estados Unidos en las rondas eliminatorias han establecido nuevas marcas en el fútbol femenino.
Los dos equipos europeos que estuvieron a un mejor nivel, no eran señalados en principio como grandes favoritos. Suecia, subcampeona en 2003, llevaba sin ganar un partido de eliminatorias desde 2005, pero después de liderar su grupo por delante de Estados Unidos, superó a Australia en los cuartos de final, antes de caer finalmente en semifinales ante la campeona Japón. Hasta ese último encuentro su defensa había estado magnífica, y en las semifinales perdió por lesión a Caroline Seger, que al igual que Lotta Schelin en la delantera, se confirmó como una jugadora de clase mundial.
Francia, después de todos sus éxitos en las categorías inferiores y de la victoria del Olympique Lyonnais en la UEFA Champions League Femenina, por fin dio el salto a nivel de selecciones absolutas y ganó por 4-0 a Canadá antes de dejar fuera a Inglaterra en la tanda de penaltis. El entrenador sacó lo mejor de jugadoras como Sonia Bompastor, Camille Abily, Louisa Necib y Laura Georges, y ahora intentarán el asalto al Campeonato de Europa Femenino de 2013 y al torneo olímpico de 2012, donde francesas y suecas competirán junto al Reino Unido tras su gran actuación en el Mundial.
De forma sorprendente, no estará en ese torneo Alemania, cuyos pensamientos se centrarán en lograr un sexto título europeo consecutivo en Suecia. Las alemanas cuentan ahora con una nueva generación emergente, ya que jugadoras como Birgit Prinz y Ariane Hingst terminaron sus estelares carreras internacionales en el banquillo ante Japón.
Inglaterra cayó en los cuartos de final, confirmando un estereotipo nacional con su eliminación en los penaltis ante Francia, pero incluso si Hope Powell opta por poner fin a su etapa de 13 años como entrenadora para ocupar un puesto en la federación inglesa, dejará a su sucesor un gran legado. La nueva Inglaterra ya no tendrá que depender únicamente del inmenso talento de Kelly Smith, gracias a la aparición de Ellen White y a la madurez de Karen Carney y Jill Scott. La salida de Noruega en la fase de grupos ante Australia fue una gran decepción, pero el número de naciones fuertes está aumentando, y de ahí el incremento a 24 equipos que tendrá lugar en la fase final de 2015 en Canadá.
Esperemos que la selección española tenga representación en este próximo mundial dentro de cuatro años.
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